Sanlúcar amanecía, como hacía ya unos años, llena de personajes curiosos y de muy diferentes procedencias. Las tabernas estaban últimamente, más concurridas de lo habitual y en el ambiente se respiraba cierto ánimo de ilusión, aventura,… pero también, de preocupación e incertidumbre. A estas horas del mediodía, deambulaba cabizbajo y meditabundo por la calle de los Bretones hacia la Puerta del Mar, Diego Díaz Secutor, quien se preguntaba dónde estaría su hijo ahora, en este mismo instante. ¿Qué suerte habría tenido? Hacía ya casi dos años que había partido su barco de la bahía de Sanlúcar y la expedición, que él bien conocía, había previsto una duración de dos años, por tanto era muy posible que en cualquier día de aquellos alguien anunciara por las calles de la villa la llegada de los cinco navíos o al menos la de alguno de ellos. El hecho de ser el delegado en la zona de los negocios de Cristóbal Haro, le obligaba en cierta forma, a estar mucho más atento e informado de todas las entradas y salidas de navíos, pero muy especialmente, de la llegada de las naos del portugués Hernando de Magallanes, pues además de que su empresa había aportado una importante parte del capital para su fletaje, en uno de sus barcos, en la Victoria concretamente, se había enrolado un sanluqueño muy especial, un joven gallardo y bien parecido que había probado la suerte del mar, su hijo Diego. Las últimas y únicas noticias que tenía de ellos las habían traído en la San Antonio el pasado mes de mayo y aunque sabía que su hijo permanecía vivo y activo, estaba más preocupado aún, pues lo que se hablaba sobre la sublevación en la bahía de San Julián y las consecuencias que ello tuvo lo dejaron más preocupado si cabe. No podía ni imaginar que a estas alturas los expedicionarios ya no tenían noticias de su hijo y que éste no había podido conocer el fallecimiento del capitán general en la isla de Mactán, que los capitanes ya no eran los capitanes y que ahora solo quedaban dos naves, la Trinidad, gobernada por el burgalés Gonzalo Gómez de Espinosa y la Victoria liderada por un vasco, Juan Sebastián Elcano y que aún navegaban medio perdidos tratando de llegar al Maluco. Y ciertamente,… un año después, la Victoria regresaría, sola, desvencijada y sin la presencia de su ser más querido. Aun así, con los 528 quintales de clavo que portaría, se cubriría toda la expedición y su empresa obtendría beneficios, pero él habría perdido algo mayor e irreparable. Excma. Sra. Consejera de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Extremadura, Excma. Sra. Presidenta de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, Excmo. Sr. Presidente de Navantia, Ilmo. Sr. Alcalde de la ciudad y miembros de la Corporación municipal, D. Francisco Yuste, nuestro anfitrión, Excmo. Sr. Subdelegado del Gobierno en Cádiz, Excma. Sra. Presidenta de la Diputación Provincial, Excmo. Sr. Almirante Jefe del Arsenal de Cádiz, Excmo. Sr. Parlamentario de la Junta de Andalucía, Excma. Sra. Secretaria General de Relaciones del Parlamento de Andalucía, Ilma. Sra. Delegada Territorial de Turismo en Cádiz, Sres. diputados provinciales y demás autoridades civiles, presidentes de diversas asociaciones y organizaciones, sociedad civil interesada, socios y amigos del Círculo de artesanos, ciudadanos que hoy nos acompañáis: ¡Buenas tardes y bienvenidos! Nos hubiera gustado poder celebrar este acto como en años pretéritos cuando ni siquiera teníamos idea de que un bichito llamado covid-19 nos iba a crear tantas dificultades y nos iba a traer tanto sufrimiento. Pero aun así, nuestra asociación, no ha querido dejar pasar la oportunidad histórica de ensalzar la hazaña más grande realizada por el hombre y ya incluso, el pasado año, en momentos más complejos que los actuales, la celebramos y esperemos que el próximo podamos culminarla con todo el boato y el júbilo que se merece. De todas las maneras, lo que si estamos totalmente seguros es que nuestros invitados de esta edición se llevarán un recuerdo inolvidable de nuestra ciudad que siempre se ha caracterizado por ser muy acogedora. Cumplimos la duodécima edición de estos Premios, el acto oficial más antiguo de los que se celebran en España y a pesar de las dificultades que hemos tenido que superar durante todo este tiempo, nunca hemos “fallado” en festejarlo precisamente en este día y solo y justo en este día, que debería pasar a la historia de nuestra ciudad, ya que con toda seguridad no hay en ninguna parte del mundo una ciudad que se pueda distinguir por tan extraordinario acontecimiento que cambió la historia del Mundo. La expedición de Magallanes-Elcano supuso un impacto universal del que el propio Elcano fue muy consciente desde el principio, y lo acabamos de oir: “…más sabrá Vuestra Majestad que aquello que más debemos estimar y tener es que hemos descubierto e dado la vuelta a toda la redondez de la tierra, que yendo para Occidente hayamos regresado por el Oriente” y ello implicó y afectó a más de medio mundo y es por eso que ya han pasado por aquí representantes de cuatro continentes (ya que Australia aún no se había descubierto, aunque estuvieron a punto de hacerlo), países de América, Asia, África y Europa que de una manera u otra, estuvieron y están vinculados a esta historia e incluso que formaron parte esencial de ella. La tradición constructora naval española es muy antigua y fue precisamente gracias a ello que Castilla pudo alcanzar mares inhóspitos y colonizar tierras lejanas que nos harían famosos en el mundo con aquella acertada frase atribuida a Felipe II y de la que luego, los ingleses se apropiarían en la que se decía que “el sol nunca se ponía en sus dominios”. Pues bien, fue precisamente por esto, por la construcción de nuestros barcos, por el desarrollo y mejoras de su tecnología, por el aumento de valientes y temerarios capitanes, que Castilla conseguiría ser potencia mundial naval desde los siglos del XV al XVIII Eran los barcos, las naos, los galeones,… los que realmente iban paso a paso cartografiando el mundo y esos mapas y portulanos que se elaboraban, eran custodiados como los secretos más grandes de un reino, ya que realmente suponía el conocimiento empírico de la geografía de la tierra. En el siglo XVI atravesar el mar suponía enfrentarse a un territorio tenebrosum, imprevisible y aterrador. Jean Delumeau afirma que el océano era “por excelencia el lugar del miedo” donde no existía “entre la vida y la muerte más que el espesor de una tabla de madera que solo tiene tres o cuatro dedos de anchura”. Por tanto ante esta perspectiva podemos decir que estos barcos redefinieron el concepto de límites y no solo me refiero a los geográficos sino también a los humanos y los náuticos. El barco se convierte así en el espacio de contención de ese universo inconmensurable que es el océano. Quien conectó al mundo por primera vez fue la Flota de Indias, nunca antes se había conseguido una estructura naval tan compleja, coordinada y eficaz. Nuestra flota llegó a ser intratable, aunque muchas veces se hable de los ataques corsarios que tuvimos que padecer, pero no nos engañemos, esos ataques no supusieron más de 0,8% de los daños que sufrimos. Quien sí hizo mella sobre nuestras naves, fueron realmente los elementos meteorológicos. El galeón por ejemplo, solo sería comparable con los satélites actuales e imagínense esos barcos que en muchos casos llegaban a transportar a seiscientas personas, materiales, armas y pertrechos como deberían haber estado construidos. En realidad, encontrar hoy un galeón sumergido sería como hallar una “cápsula del tiempo” ¿Cómo se consigue que una nao como la de nuestros protagonistas pudiera albergar a una media de 50 hombres conviviendo codo con codo, superara tormentas y tempestades durante casi tres años de navegación por mares desconocidos y que culminara con éxito su periplo? Hay pocas respuestas al respecto, solo una, diría yo, la tecnología de la época la teníamos aquí y esa tecnología junto con los nuevos sistemas de navegación se fueron desarrollando con los años y la experiencia vivida en tantas y tantas singladuras. Pues bien, de ahí el origen de nuestra actual Navantia y cuyos primeros pasos se remontan a los orígenes de la construcción naval española, del S.XIII con Alfonso X con las Reales Atarazanas de Sevilla y al Real Carenero de San Fernando, que tomaron gran relevancia durante el descubrimiento de América hasta que debido al aumento del tamaño de los buques y su mayor calado, en 1717, el Intendente General de Marina José Patiño ordena la construcción del primer astillero moderno de nuestro país, el Real Arsenal de la Carraca, al que seguirían en 1731 el de Cartagena y en 1750 el de Ferrol. Estos arsenales militares se dedicaron a la construcción y reparación de buques de la Armada Española. Los mismos diques y gradas que ahora dan vida a los buques tecnológicamente más avanzados del mundo pero que también fueron testigos de hitos históricos como el desarrollo de los grandes navíos de línea del siglo XVIII, de los primeros buques de propulsión mecánica, o del primer submarino de propulsión eléctrica del mundo, el “Isaac Peral”. Hoy en día, Navantia es una sociedad pública española dedicada a la construcción naval civil y militar, que representa la mayor constructora naval del mundo hispano, así como una de las más importantes y antiguas de Europa. Navantia diseña, construye y da soporte a todo tipo de buques de superficie y submarinos, y en la actualidad, es un referente a nivel mundial, tanto por sus productos como por su tecnología y sistemas operativos. La tradición aventurera y conquistadora de los extremeños ha quedado extraordinariamente patente desde hace muchos siglos. Ese carácter audaz y abnegado está impregnado en el ADN de todos ellos, en los de antes y en los extremeños de ahora, así que no seré yo quien venga en este momento a descubrir tales virtudes. Es cierto que en la expedición de Magallanes-Elcano esta tierra no aportó muchos protagonista, solo dos, pero ambos fueron muy, muy relevantes y trascendentes desde el inicio de la aventura, si no, juzguen ustedes. El uno, Juan R. Serrano, Piloto de su Alteza de Portugal, que ya había participado en la expedición de Vasco de Gama de 1.502 y que fue capitán de la Santiago que naufragaría en el cono sur americano y que a la muerte de Magallanes fue nombrado comandante de toda la flota, aunque por muy poco tiempo desgraciadamente. Algunas teorías también hablan de que pudo estar emparentado con el mismísimo Magallanes. Recientemente se ha descubierto que era natural de Fregenal de la Sierra, aunque siempre se pensó que era portugués pero gracias a unas declaraciones encontradas que los portugueses le tomaron a uno de los marineros, un tal Martín de Ayamonte hemos podido conocer este dato. Es posible que actualmente muchos frexnenses no conozcan siquiera esta información por lo reciente de la misma. También es cierto que la idea de lo que eran España y Portugal en aquellos tiempos no es precisamente coincidente con los límites actuales. Supuestamente, Serrano, fue muerto por los nativos en la emboscada de Cebú del 1 de mayo de 1521, aunque en realidad, lo último que se supo de él es que sus compañeros le abandonaron en la playa “entre gemidos” (dice la historia) tras la solicitud de un rescate por parte de los nativos que nunca llegaba a satisfacerles. Hay quien ha comentado incluso, que esta coyuntura favorecía a otro portugués, a Juan Carvalho, que a la postre, se erigiría en capitán de la expedición, aunque durara solo unos meses en el cargo, ya que de haberlo rescatado, Serrano hubiera continuado como el capitán de la flota al no estar ya ni Magallanes, ni Barbosa. El otro, compañero desde el comienzo de Elcano en la Concepción, cuya relación tendría importantes consecuencias ulteriores, fue el emeritense Hernando de Bustamante, barbero y cirujano. Uno de los 18 que consiguieron volver a Sanlúcar un 6 de septiembre como hoy. Tuvo un notable protagonismo ya que el Emperador le pidió a Elcano que fuera a testificar a la corte de Valladolid junto con otros dos y el capitán lo eligió a él y a Francisco Albo, el piloto griego. Además, también testificaría en la Conferencia de Badajoz en 1524 donde castellanos y portugueses intentaban dilucidar si el Maluco quedaba en los límites del gobierno de uno o del otro reino, tratando de colocar correctamente el antimeridiano producto del Tratado de Tordesillas. Bustamante se volvió a alistar con Elcano en la expedición de Loaysa al Maluco de 1.525, y llegó a ser uno de sus capitanes durante un pequeño periodo de tiempo tras la muerte de éste y posteriormente de Elcano. Tras años de conflicto con los portugueses fue capturado. Reclamó en varios intentos su repatriación a España y una vez conseguido, en el camino de vuelta, lo envenenaron. No pudo dar una segunda vuelta al mundo, aunque estuvo a punto. ¡Historias de hombres inigualables! Emocionantes historias ¿no creen? Emocionante y sorprendente fue todo lo que hicieron y por eso cada 6 de septiembre, desde aquí, desde este estrado, el Círculo de artesanos le habla al mundo para decirle que no se olviden de estas historias, de estos hombres, de estas naves,… de esta ciudad que los vio partir y regresar tres años después en unas condiciones que superan el aguante humano y si no, un detalle más ¿saben ustedes cuanto tiempo tardaron un grupo de obreros en achicar el agua de la bodega y la sentina de la nao Victoria cuando llegó a Sevilla? Veinticinco días, desde el 14 de septiembre al 9 de octubre de 1.522. Esto nos pueda dar idea de cómo venía la nao y como estaba construida, pues. Llevo doce años contando desde éste púlpito las bondades de esta hazaña única e inigualable. Llevamos en el Círculo mucho más de doce años tratando de divulgarla y colocar a nuestro pueblo en la historia y con el protagonismo que se merece. Sinceramente creemos que se ha avanzado mucho, pero también nos deja la sensación agridulce de que podría haberse hecho mejor, o al menos, haberse hecho más. ¡Somos ambiciosos cuando se trata de nuestro pueblo! ¿Cómo culminaremos el próximo año este quinto centenario? ¡Ojalá se mejore lo que se hizo cuando celebramos los quinientos años de la partida! Solo falta un año para la culminación de esta enorme efeméride y espero y deseo que el próximo año podamos hacer entre todos un acto único y para la historia de nuestra ciudad, que durante mucho tiempo sea recordado ya que no creo que vayamos a tener más oportunidades de lanzar al mundo nuestro mensaje, así que desde aquí, ahora, insto a todas nuestras administraciones Junta de Andalucía, Diputación Provincial de Cádiz y nuestro Ayuntamiento a que nos “remanguemos” y nos pongamos a ello,… el Círculo, como hemos demostrado durante todos estos años, siempre estará disponible y dispuesto para trabajar desinteresadamente por este hecho que colocó a Sanlúcar en el universo y que cambió la historia de la Humanidad y por ello creo, que desde hoy deberíamos ponernos en marcha con ánimo, aptitud y sin mirar atrás. Para finalizar, permítanme aprovechar la ocasión para agradecer a mi buen amigo Jose Yuste que haya puesto a nuestra disposición este precioso patio de bodega para que podamos celebrar un año más, con toda la dignidad que se merece, esta entrega de premios. De igual manera quisiera manifestar mi consideración y agradecimiento a todas las autoridades civiles y militares y a todos los presentes aquí hoy, e igualmente, agradecer a nuestro Ayuntamiento el apoyo que nos ofrece y la predisposición de sus funcionarios en todo aquello que les solicitamos y como no, a mis compañeros de junta directiva y a todos nuestros asociados, de los que me siento enormemente orgulloso. Muchas gracias.