Excmo. Sr. Embajador de Italia, Excmo. Sr. Embajador de Japón, Sr. Secretario General de la Cámara de España, D. Emilio Lustau director de OFFICIA, Excmo. Sr. Almirante Jefe del Arsenal de Cádiz y demás fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, Sres. diputados nacionales y autonómicos que nos acompañan, apreciado amigo diputado provincial D. Jaime Armario, 1 er Tte. De Alcalde y miembros de la Corporación municipal, Excmo. Sr. Presidente del Parlamento del Véneto de Italia, representantes de la Armada italiana, distinguidos miembros de la Comisión Nacional del V Centenario, Cámaras de Comercio y Confederación de empresarios, Cuerpo Consular de varios países,…demás autoridades civiles, Fundación CajaSol, presidentes y presidentas de diversas asociaciones y organizaciones, representantes de las Iniciativas ciudadanas de Sevilla y Sanlúcar, sociedad civil interesada y socios o amigos del Círculo de artesanos, ciudadanos que hoy nos acompañáis: ¡Buenas noches y bienvenidos!

Como cada 6 de septiembre desde hace ya nueve años, homenajeamos, a aquellos pueblos, organismos o proyectos que fueron protagonistas en una u otra medida, de esta extraordinaria “aventura” de la que hoy cumplimos 496 años de su culminación.

No se si sabrán, que probablemente, este fuera el primer acto divulgativo que sobre la efeméride se hiciera en España y por tanto estamos muy orgullosos de poder decir que desde aquí, desde Sanlúcar, también partiera esa “nave” igual que hace 499 años,… todo un movimiento social, que hoy es imparable y que nos ha traído hasta este “puerto”, puerto que tenemos que convertir en el punto de atención universal de esta efeméride de la que esperemos no quede en una simple anécdota.

¡El tiempo es implacable, y cada vez, nos queda menos!

Y para todo ello, desde el Círculo, hemos recorrido un arduo e intenso camino que nos ha llevado a entrevistarnos con Ministros, Presidentes de Comunidades Autónomas, a visitar Consejeros autonómicos de diversas carteras; nos hemos reunido con Secretarios de Estado, hemos visitado los despachos de presidentes de diputaciones, alcaldes y concejales; hemos viajado por toda España y el extranjero, extendiendo la hazaña por donde quiera que fuimos: Getaria, Vitoria, Sabrosa, Oporto, Cabo Verde, Baiona, Mérida, etc. Hemos escrito a la Casa Real, la cual se ha hecho eco de nuestra solicitud; nos hemos reunido con asociaciones interesadas de toda España, hemos dado conferencias en muy diversos lugares y ciudades, creamos, a semejanza de Sevilla, una Iniciativa ciudadana; estuvimos con almirantes de la Flota o embajadores de países que representan a cuatro continentes, hablamos con los Provinciales de órdenes religiosas, nos reunimos con productores cinematográficos…. y todo ello, para ganarnos su complicidad, su apoyo, su esfuerzo y su colaboración en algo tan noble y honesto como es “colocar a nuestro pueblo en el lugar que la historia le ha concedido”. No podemos decir que tengamos un sentido triunfalista de todo ello, pero si podemos decir que tenemos nuestra conciencia muy limpia y un enorme orgullo de haber podido contribuir a lo que quisiéramos fuera un antes y un después para nuestra ciudad.

La Historia, así lo ha dispuesto.

Y hoy, como en ediciones anteriores, tenemos a otros representantes que de una u otra forma participaron y protagonizaron este episodio de la Historia Universal.

Verán.

Desde la Antigüedad hasta la Edad Contemporánea hemos encontrado muchos ejemplos de emprendedores que gracias a su visión, a su economía y a veces, por qué no decirlo, a su desesperación, crearon imperios. Algunos tuvieron la posibilidad de subsistir gracias a ese ingenio, pero otros terminaron construyendo grandes imperios empresariales que trascendieron fronteras, y como ahora, también pasaron sus crisis o sus evoluciones y adaptaciones a los nuevos tiempos que se aproximaban.

Jamás se había alcanzado una hazaña de estas proporciones y consecuencias para la Humanidad, una empresa comercial, financiada en gran medida por arriesgados emprendedores de la época. Nombres como el alemán Jakob Fugger o los hermanos Haro, especialmente Cristóbal, comerciantes burgaleses que fueron reconvirtiendo sus negocios para dedicarse a la especiería, que en la época se había convertido en un próspero negocio aunque también arriesgado e incierto.

El viaje trajo extraordinarias consecuencias para la ciencia, la geografía o la navegación, pero sobre todo para el comercio, ya que años más tarde, con el descubrimiento del tornaviaje por Urdaneta, el tráfico entre Europa, América y Asia fue absolutamente excepcional pues se habían evitado las extensas, peligrosas, carísimas y agotadoras rutas por tierra, y si, efectivamente, el mundo se hizo más pequeño.

Es cierto que el impulso de la corona fue absolutamente fundamental para la culminación de la expedición, pero no es menos cierto que fueron los emprendedores de la época los que, también ciertamente, bien colocados estratégicamente en la corte, influyeron para que la toma de decisiones fuese más ágil, además de aportar su economía.

Y si, el proyecto fue una empresa productiva a pesar de las calamidades que pasaron y a pesar de que solo pudiera regresar una sola nao con 18 hombres, pues el valor de lo que se transportaba era tan enorme en Europa que con los escasos 550 quintales de clavo que se bajaron de la Victoria, se pudieron sufragar todos los gastos de la expedición y se obtuvieron beneficios y tal vez desconozcan que fue precisamente un sanluqueño, Diego Díaz Secutor, representante de Cristóbal Haro en Sanlúcar, quien fue el receptor y administrador de aquella carga.

¡Había que ser muy arriesgado y había que tener una muy buena información y gestión de desarrollo de la misma, para aventurarse a arriesgar las fortunas que se exponían en aquellas empresas!

A la llegada de Colón en marzo de 1493 con la noticia sensacional de haber tocado el Catay y Cipango por la ruta de Occidente, había seguido una explosión de entusiasmo que se tradujo inmediatamente en numerosas expediciones. La desilusión cundió cuando Alonso de Ojeda, Vicente Yánez Pinzón, Juan de la Cosa, Alonso Niño y tantos otros, informaron que las Indias de Colón no eran las Indias de las especias y las piedras preciosas, sino un obstáculo, infranqueable al parecer, extendido de polo a polo.

Colón murió confundiendo la Española con Cipango, con Japón. Ahí empieza la Historia, no solo del Descubrimiento de América sino de la que hoy nos trae aquí,…. el camino hacia el Oriente por el Occidente.

Así, pues, entre los navegantes que hicieron posible la hazaña de la 1ª Vuelta al Mundo, sobrevolaba, por las informaciones obtenidas muchos años antes, la importancia del Imperio del Sol Naciente. No era éste el objetivo de los marinos, puesto que además, sabían de su fuerza y poder y la expedición no estaba en situación de generar problemas innecesarios. La sombra de Cipango era muy alargada y nuestros osados protagonistas decidieron no aproximarse a sus costas.

Será años más tarde, tras la colonización y evangelización de Filipinas, cuando se muestre un mayor interés por conocer más de cerca esta cultura milenaria, siendo diversas órdenes religiosas las que se introduzcan en el archipiélago intentando llevar su mensaje evangélico y con ello, aparece una extraordinaria conexión con Sanlúcar: la Embajada Keicho, al frente de cuya legación venía el Samurai Hasekura Tsunenaga, que desembarcó en Sanlúcar de Barrameda el 5 de Octubre de 1614, siendo el primer japonés que pisó suelo europeo. Fueron recibidos con todos los honores por D. Alonso Pérez de Guzmán VII Duque de Medina Sidonia, Señor de Sanlúcar. Hasekura y los principales miembros de la expedición, se alojaron en la residencia ducal, muy cerca y aquí, y ahí, donde ustedes están ahora mismo sentados, ahí estuvieron ellos celebrando esta llegada gracias a los honores que durante días les hizo el Duque. Su estancia en Sanlúcar duró quince días y tendríamos que imaginarnos la impresión que esa gente tan exótica pudo causar entre las gentes de nuestro pueblo. ¡Cuánto me hubiera gustado poder haberlo experimentado!,… Y ahora, este año, 150 años de amistad España-Japón.

どのくらい私がそれを経験したかったのか、そして今、今年はスペインと日本の百五十年の友好関係。

Dono kurai watashi ga sore o keiken shitakatta no ka, soshite ima, kotoshi wa Supein to Nihon no hyakugojū- nen no yūkō kankei.

¡Espero haber acertado algo!

Al parecer, 26 fueron los italianos registrados en los documentos de la Casa de Contratación y que partirían desde Sanlúcar ese 20 de septiembre de 1.519. 26 italianos que recorrieron estas calles, apreciaron nuestros vinos y bajaban cada día a oír misa por orden expresa del Capitán General. De ellos, solo dos regresarían con vida: Martín de Judícibus, de Savona cerca de Génova y el ya más conocido por todos por su labor como cronista de la historia, Antonio Pigafetta o también llamado Antonio Lombardo por haber nacido en aquella región, concretamente en Vicenza. Por cierto, no se si saben que en Sanlúcar contamos con calles dedicadas a ellos y una gran plaza que lleva el nombre del cronista que así cuenta él mismo su incorporación a la flota:

“Llegándome a oídos que estaba aprestada en tal hora una escuadra junto a la ciudad de Sevilla -y de cinco naves- para marchar tras el descubrimiento de las especias en la isla de Maluco, de la que era capitán general Ferando de Magaglianes, gentilhombre portugués, comendador, con muchas y diversas guisas y naves, del Mar Océano, partime con muchas cartas de recomendación desde la ciudad de Barcelona, donde paraba Su Majestad entonces, y llegué embarcado a Málaga. De allí, optando por el camino de tierra, alcanzaba la de Sevilla; y, tras cerca de tres meses de aguardar que dicha flota anduviese en orden de partida, por fin, como bien claro preverá Vuestra Señoría en este punto, iniciamos, con felicísimos auspicios, nuestra navegación”.

Aunque también hubo otros, tristemente protagonistas, entre los italianos, como fue el caso de Antonio Salamón y Antonio Ginovés, maestre y grumete de la Victoria respectivamente, que fueron condenados al ser descubiertos en un caso de sodomía durante la travesía del Atlántico que en la época, y más entre los tripulantes de las naves, estaba tremendamente perseguido y con ello, desgraciadamente, Salamón se convirtió en la primera baja al ser ajusticiado una vez llegaron al Puerto de Santa Lucía (Rio de Janeiro). Aún más triste fue el final del grumete, al que se le condonó la pena de muerte por castigos al considerarlo más una víctima, pero que no fue capaz de soportar la presión que sobre él hicieron los demás tripulantes y terminó suicidándose.

Así pues, la contribución italiana a esta hazaña fue extraordinariamente importante, no solo en número de marinos, sino que gracias a Pigafetta tenemos una muy detallada crónica del viaje que no es solo una historia, sino todo un tratado de antropología, botánica, e incluso de idioma ya que fue capaz de hacer un pequeño diccionario de las palabras de los nativos y que posteriormente ayudaría a la comunicación con ellos.

Di fatti, il contributo italiano a questa impresa fu straordinariamente importante, non solo per il numero di marinai, ma anche perche grazie a Pigafetta abbiamo una cronaca molto dettagliata del viaggio che non è solo una storia, ma un vero trattato di antropologia, botanica ed anche di lingue, poiché, riusci a fare un piccolo dizionario delle parole dei nativi che posteriormente servirá a facilitare la comunicazione con loro.

Solo una sombra de incertidumbre se arroja sobre este personaje ¿cuáles fueron realmente sus motivos por los que se alisto? ¿por qué no nombra a Elcano en toda su crónica siendo el capitán que hizo con la Victoria el camino de regreso? ¿cómo es posible, que una vez llegado a Europa, en menos de un mes pudiera entrevistarse con tres reyes? ¿por qué Elcano no lo lleva consigo a la entrevista con el Emperador como testigo y testimonio de lo acontecido?

¡Cuando menos, curioso todo ello!, incluso hay investigadores que plantean la posibilidad de que fuera un espía.

Así pues, nos debemos a todos estos pueblos, a todos estos hombres que arriesgaron sus vidas y sus patrimonios para conseguir nuevos caminos y nuevos horizontes. Por ello, el Círculo va a seguir con la ruta marcada desde hace ya 11 años, animando a participar e integrarse con o sin nosotros, en estos y en otros actos, y seguiremos trabajando y contando a “los cuatro vientos” los tiempos que estamos viviendo y su trascendencia, pero es también cierto que en este caminar, nos anima haber encontrado el apoyo de nuestra Diputación Provincial, de la Fundación CajaSol y de algunas empresas y otras fundaciones que han empezado a abrirnos sus puertas porque han visto y han confiado en nuestro esfuerzo y dedicación constante, desinteresada y seria, y por ello, se han dispuesto a apoyarnos.

El Círculo de artesanos fue la primera asociación que en Sanlúcar empezó a divulgar y a concienciar sobre esta efeméride, puesto que desde 2007 y de manera continuada hemos venido haciendo un gran esfuerzo por esta proyección, para que pueda convertirse en un acto universal ya que de eso se trató, del primer acto globalizador del hombre.

Finalmente, permítanme dar mis muy sinceras gracias a nuestro Ayuntamiento y en particular a las personas que se han implicado y esmerado para los actos y lamentar la ausencia de nuestro Alcalde ya que al parecer otro acto de mayor relevancia que éste, le ha impedido acompañarnos, pero sobre todo a aquellos a los que hemos pedido participación: a las empresas colaboradoras, al personal de este Castillo, a los socios voluntarios, a los amigos… que sin dudarlo, se han puesto a nuestro servicio con su esfuerzo, su sapiencia, su trabajo y su dedicación para poder seguir organizando estos Premios, porque hemos encontrado en todos ustedes y en todos ellos, el apoyo imprescindible y honesto que perseguimos.

¡Buenas noches y buena suerte!

Sanlúcar 6 de septiembre de 2.018

“Cipango es una isla a Levante que está a 1.500 millas apartada de la tierra en alta mar. Es una isla muy grande. Los indígenas son blancos, de buenas maneras y hermosos. Son idólatras y libres y no están bajo la señoría de nadie. Tienen oro en abundancia, pero nadie lo explota, porque no hay mercader ni extranjero que haya llegado al interior de la isla. Tienen perlas en abundancia de un oriente rosa, preciosas, redondas y muy gruesas. Son de tanto valor como las blancas, o más. Tienen varias otras piedras preciosas. Es una isla muy rica, cuya riqueza es incalculable”

Excelentísimos señores embajadores de Japón y de la República de Italia; Sr. Secretario General de la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario de la Expedición de la Primera Vuelta al Mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano; Sr. Presidente del Parlamento del Véneto; Sr. presidente del Círculo de Artesanos, señoras, señores, amigos.

Estoy convencido de que muchos habéis adivinado que mi cita introductoria pertenece al relato en donde se trata de la isla de Cipango (actual Japón) del famoso libro Il Milione, conocido entre nosotros como El Libro de las Maravillas, que Marco Polo dictó a Rustichello de Pisa estando ambos en prisión durante la guerra entre las repúblicas de Venecia y Génova, a finales del siglo XIII. Con toda probabilidad esta mención a Cipango en el libro del viajero y mercader veneciano es la primera referencia literaria sobre Japón que podemos encontrar en toda la literatura occidental.

El libro de Marco Polo, aparte de ser la crónica de un viajero y tener un enorme valor etnográfico fue, además, un libro de gran utilidad para los comerciantes de la época; un práctico manual para mercaderes al estilo de los que en el curso del siglo XIV siguieron la pauta del Libro de las descripciones de países y de las medidas empleadas en los negocios, la famosa obra Pratica della mercatura de Francesco Balducci Pegoloti. De hecho, una parte sustancial de El Libro de las Maravillas está dedicada a informar acerca de las distancias entre las ciudades, tanto en jornadas como en millas; a proporcionar consejos prácticos para el viaje; enumerar los productos que eran objeto de comercio; describir los pesos y las medidas que se usaban; y hasta a dar información sobre las formas de pago.

Una de las personalidades científicas que otorgaron gran importancia a los testimonios contenidos en el libro de Marco Polo fue el florentino Paolo dal Pozo Toscanelli quien, convencido de la esfericidad de la tierra, había expresado al rey Alfonso V de Portugal su convicción de que navegando hacía Occidente se podía acceder al dorado Cipango; a las especias; a las perlas y a las riquezas del Catay de Marco Polo; en lugar de bordear las costas de África como venían haciendo los portugueses sin mayores resultados hasta aquel momento. Toscanelli incluso se atrevió a marcar en su famoso plano las distancias entre las costas de Europa y Asia, con la salvedad -¡menuda salvedad!- de que América aún no existía para los europeos. Así es que los erróneos cálculos de Toscanelli situaban a Cipango nada más y nada menos que exactamente en el lugar geográfico que ocupa México.

Sabemos que Cristóbal Colón, a quien gustaba informarse con mucho cuidado y mayor diligencia sobre todo lo concerniente al dorado metal, poseía una copia del libro de Marco Polo con anotaciones manuscritas suyas en los márgenes; un libro que todavía se conserva. Y también sabemos que Colón era conocedor de las ideas de Toscanelli y de su plano en el que Cipango estaba señalado con el nombre de isla de Ciampagu, que fue, recordemos, la “isla de oro”, el gran objetivo que estimuló el viaje de 1492 que habría de trastocar el devenir de la historia del mundo.

Desde el año 2010 el Círculo de Artesanos ha venido incluyendo entre su nómina de galardonados con los “Premios Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano a la Cultura y la Historia” a representantes de lugares, de comunidades, de países, de instituciones académicas y religiosas y del estamento militar con el fin de ir reconociendo en justicia tantos protagonismos como confluyeron en la gesta de la primera circunnavegación a la Tierra.

En esta IX edición es el Comercio, motor fundamental de la gran hazaña que empezaremos a conmemorar el próximo año, la actividad que palpìta con una gran fuerza en los premios del Círculo.

De Italia nos llegaron, como hemos apuntado, los fabulosos testimonios de Marco Polo; el convencimiento científico de Toscanelli y las prácticas recomendaciones de Pegoloti. Desde Italia se alentaba a comerciar con lugares ignotos y se invitaba a reyes, a navegantes y a mercaderes a pergeñar nuevas rutas que les llevaran al dominio de tierras desconocidas y al control de sus riquezas.

Y -¡faltaría más!- no podemos olvidar que los italianos, después de los españoles, conformaron la marinería más numerosa dentro de la multinacionalidad que fue característica de las tripulaciones de la flota de Magallanes y Elcano. Y entre estos italianos, Antonio de Pigafetta, cuyo relato es la fuente principal de información sobre aquel primer viaje que logró circunnavegar la Tierra para confirmarnos una redondez que muchos ya intuían.

Japón, como habíamos señalado, fue el gran acicate de navegaciones tan trascendentales como la que llevó a un Colón, obsesionado por la quimera del oro de Cipango, nada menos que al descubrimiento de un nuevo mundo.

El reconocimiento del Círculo de Artesanos al pueblo japonés, coincide con otra efeméride. Como sabéis, este año se celebra el 150 Aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre España y Japón, establecidas el 12 de noviembre de 1868, con la firma en Kanagawa del Tratado hispano-japonés de Amistad, Comercio y Navegación con el que se inició una era de intercambios políticos, económicos y culturales entre los dos países. Una conmemoración que ofrece la oportunidad de intensificar y de estrechar las relaciones bilaterales en todos los ámbitos y que llega tan solo cuatro años después de la celebración de otro episodio hispano-japonés de gran trascendencia histórica: el cuarto centenario de la Embajada Keicho, la misión diplomática y comercial encabezada por el samurai Hasekura Tsunenaga y cuya entrada en España, el 5 de octubre de 1614, se efectuó por el puerto de Sanlúcar de Barrameda donde fueron recibidos por los sanluqueños y su señor don Alonso Pérez de Guzmán, VII duque de Medina Sidonia.

Con el reconocimiento del Círculo de Artesanos a la Cámara de Comercio de España, una institución más que centenaria creada para contribuir al progreso de nuestro país a partir de su fortalecimiento empresarial, recordamos que siempre fue la actividad comercial la verdadera causa de los grandes descubrimientos y de los grandes viajes de la historia. Bástenos señalar que ante las dudas del rey don Carlos, fue un comerciante, Cristóbal de Haro, quien se ofreció a costear por completo la flota de Fernando de Magallanes. Finalmente, el monarca aprobaría el proyecto que fue financiado por la Corona aunque admitiéndose una importante participación de Haro y de otros notables comerciantes burgaleses. Con ello se ponía en marcha un mecanismo de financiación que llegaría a consolidarse, como fue el de la colaboración entre el capital público, en este caso procedente de la Corona, y el privado, aportado por el estamento comercial.

Excelentísimos señores embajadores de la República de Italia y de Japón, Sr. Secretario General de la Comisión Nacional para la Conmemoración del V Centenario de la Expedición de la Primera Vuelta al Mundo de Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, Sr. Presidente del Parlamento del Véneto, sean bienvenidos a esta orilla, Puerta Grande de Ultramar, en la que hace 499 años se iniciaba la trascendental hazaña de la primera circunnavegación a la Tierra. Un viaje que habría de acarrear cambios tan profundos en el devenir de la Historia y la Ciencia y en ámbitos como el tráfico marítimo, el comercio y las finanzas para anticipar elementos propios del actual ciclo de mundialización. Una gesta, sin duda la mayor hazaña náutica de todos los tiempos, que concluyó aquí mismo, un día igual al de hoy, 6 de septiembre, tres años más tarde.

Muchas gracias.